Regalar con encanto

«Porque el regalo no está dentro del paquete, sino en las manos del que lo entrega.»

Noviembre aterriza con su calma otoñal y ese olor típico a tarta casera en el horno… porque después de un octubre de «gota fría», esas lluvias torrenciales que casi parten el mundo en dos mitades, siempre sale el sol.

Y tras reconstruirte, playa, reapareces en paz, desierta, celeste… estabilizando el tiempo, el aire, tus corrientes. Tu arena parece haberse curado de un verano aglomerado, y haberse olvidado por fin del oleaje, escondiendo el barro y los rastrojos; al igual que nosotros escondemos nuestras emociones rotas en el corazón, apartándolas de la superficie.

Suena Long way down, de Tom Odell en la cocina.

Ruido, silencio y música

«Sólo tengo un corazón, solamente un corazón, vulnerable ante tanta inmensidad… Y si no lo riego yo, con anhelos y con sueños, yo, se me morirá de pena en un rincón» Jose Ft.

Menuda rachita llevamos de averías domésticas en casa, ya es el segundo año consecutivo que empezamos septiembre con una huelga general por parte de la nevera, rotura de termo incluída y algún que otro incidente rocambolesco más en el universo del electrodoméstico. Porque estoy segura (y eso os lo puedo prometer) que el anuncio de Media Mark, «yo no soy tonto», iba definitivamente por mi. ¡Madre Santa! que necesaria y vital es el agua caliente… esa ducha agradable al final del día que te recompone y se lleva por el desagüe todo esos problemillas que te picotean el entre cejo como avestruces rabiosas… o esa hora sagrada del baño de Jorgito, con la dichosa musiquita del Imaginarium. Pues nada… aquí estamos viviendo a lo troglodita desde hace ya más de una semana… transportando congelados, organizando la nevera en bolsas plastificadas y calentando ollas de agua caliente en la vitrocerámica, al más estilo hombre de la caverna.

El punto de no retorno

«Y sí… puede que al final tuvieras toda la razón. «

Suena Bridge Over Troubled Water de Aretha Franklin. Un sombrero, una mesa de madera, velas y ese cuaderno lleno de tachones de tinta azul. Preparo café (son las cinco y media).

Donut con triple de crema de chocolate (total que más daban unas cuantas kilocalorías de más) ya era hora de asumir que este verano no iba a parecerme para nada a Pilar Rubio después de su embarazo (esa mujer debía ser de otra galaxia), y Dios sabe que me he destrozado las rodillas haciendo sentadillas. Cada uno allá con sus «culebrones» personales en materia de «michelín», yo al menos había conseguido entrar en un bañador de temporada, no os voy a desvelar la talla, pero… bien por mí!

Aplausos 

Eclipse

«Un niño cruzó el universo montado en un burro con alas de plata, buscando una estrella llamada Renata.» Enero en la playa, Facto Delafé y las flores azules.

Eclipse, dícese de ese fenómeno astronómico en el que un cuerpo celeste se pone delante de otro, se alinea de una manera determinada y ocurre el espectáculo.

La última glaciación

«La MAGIA es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos.» Paulo Coelho

Dicen que la última gran glaciación está por llegar, se predicen periodos descendentes de actividad solar, así que a pesar del calentamiento, la nieve llegará algún día… Ciclos solares en definitiva, nada nuevo, miles de años… un pequeño salto galáctico y vuelta a la edad de hielo. Siempre he entendido la vida como un pequeño cosmos personalizado (a lo mejor suena pretencioso) pero todos tenemos nuestro propio universo, nuestros propios inviernos profundos y nuestros veranos, primaveras otoñales o otoños de flores… así somos. Seres en movimiento que buscan adaptarse de algún modo, porque al movernos necesitamos esa fase de conexión… lejana de lo meramente físico. Periodos de adaptación severos, que en ocasiones no se producen… y aunque raro, retornamos antes de haber estado.

Madres, dragones y otras historias

Menudo rollo de cuentos chinos nos contaban de niñas… princesas encerradas en castillos con dragones, apuestos príncipes enamorados que trepaban la torre y mataban fieras con su espada mágica. Historietas imposibles, sólo aptas para cuentos de hadas. Todos sabemos que en la vida real la única capaz de salvar a la princesa, trepar una hiedra, negociar con un dragón hambriento sin salir ardiendo y mantener la cordura mientras caen bajo sus pies cincuenta puentes de madera y cuerda… es «una madre».