Invitadas, champán y otras pócimas

«Eres la manera que tiene el mundo de decirme lo bonita que es la vida.» J. Cortázar

Mar, preciosa novia Helena Mareque y Ana Dora, perfecta invitada Suma Cruz.

Invitada perfecta… me pregunto que habría hecho sin ti todo este tiempo, no se como habría sobrevivido a mis catarsis siberianas y a tanto melodrama peliculero; ratos de desamor, suspensos como catedrales y días de lluvia intensa. Gracias, simplemente por traer crepes de chocolate esos días raros, por saber poner siempre la película adecuada, por convertir nuestro pasillo en la pasarela de las estrellas y ponerte esa falda de tutú cada tarde para ver Fama a bailar.

Detalles de una boda

Cada boda es especial y diferente. Es cierto que el mundo nupcial se ha convertido en un negocio abismal, a veces incluso ilógico. Pero creo que no es necesario entrar siempre en esa dinámica de precios desorbitados, una boda es un día de celebración único y personal, con el que podemos jugar, inventando detalles singulares, que nos definan y sorprendan a nuestros invitados. Recuperar el «DIY» más auténtico, resulta además de exclusivo, una forma estilosa de convertir ese día en un momento irrepetible, lleno de pequeños recuerdos inolvidables.

El Viaje Encantado

JOSE BERNAL Y MI MARAVILLOSA EXPERIENCIA FOTOGRÁFICA EN ANTEQUERA
«Me encantan los días esos en los que parece que te lanzas, te quitas los complejos y te tiras a la piscina sin flotador. Con tus inseguridades y tus miedos escondidos en los bolsillos… con tus nubecillas reboloteando en la cabeza y las alas bajo los pies. Los días en los que eres tú misma, sin importarte que te critiquen… los días en los que decides que vale la pena.»
Todo empezó una tarde de imaginación, seguida de un POR QUÉ NO..? Fotografía y planes alternativos de domingo por la mañana, bonitos cafés de carretera, que sirven para abrir círculos, ampliar, sumar, multiplicar… en eso debería consistir siempre la vida, en pasar ratos de película, alejándonos lo máximo posible de los que se empeñan en aplastar la creatividad. La vida debería consistir en hacer cada segundo lo que verdaderamente nos hace felices.

LA BODA DE CARTULINA

«Yo ya era así antes de que tú llegaras, caminaba por las mismas calles y comía las mismas cosas. Incluso antes de que llegaras yo ya vivía enamorado de ti y a veces, no pocas, te extrañaba como si supiera que me hacías falta.»  

Julio Cortazar. Las cosas que nunca te dije.

Ese Momento

«La fotografía es otra forma de amar la vida, capturando el tiempo para siempre.»

LA BODA DE CRIS Y CURRO

Fotografía Beatriz Ruiz

Como dije una vez…»una boda es una celebración de la vida…» y por esa razón, me chiflan las bodas. Ojalá inventásemos la forma de celebrar la vida todos los días, con ese amor, con esa magia, con esa forma tan intensa de disfrutar el momento.
Sigo intentando buscar la manera de trasladar ese sentimiento a un lunes cualquiera, y he de confesar que a veces tengo ese estado transitorio de «momentazo estelar» en la cola del supermercado… y claro, parezco una loca de remate. La boda de Cris y Curro fue uno de esos momentos especiales que nos regala la vida, uno de esos momentos que contagian cariño, que te hacen sentir en casa, que te regalan esa chispita que no se olvida.

Martina Dorta, un Universo lleno de Estrellas

Conocí a Martina Dorta por azar… en una de esas aventuras birichináticas de búsqueda, que algunas veces nos llevan a encontrar tesoros.

Desde el primer día que entré en su taller, sabía que todo aquello formaría parte de mi boda de cartulina de alguna manera; fue como una corazonada, un no se qué… «ese algo especial.»

De algún modo me dejé contagiar por aquella magia infinita de piezas metálicas y flores, arte en estado puro. Puede que aquel entramado que se generó entre bambolinas sea unos de los recuerdos más bonitos y dulces de la aventura de mi boda, por tantas reflexiones a solas, por el sueño de cada elección insignificante, por aquellos paseos en coche a cada prueba de atelier… y por supuesto por toda esa gente especial que me regaló aquel viaje;)

El Novio Burdeos

novio ideal
Y la verdad es que nos volvemos majaretas con esto de las bodas… que si nuestro vestido, nuestros zapatos, nuestro ramo de novia… miles de consejos de blogs especializados en el disparatado día de nuestra boda, y al final… para un micro segundo en el aire, un micro segundo genial y estupendo… Sí! pero que se esfuma en un abrir y cerrar de ojos.
Si os digo la verdad, al verlo con perspectiva… nada resultó ser tan crucial, ni tan de vida o muerte. Te pusiste el vestido que te gustó aquel martes de chaparrón, aquella tarde de cafés de invierno después de una llorera de media hora… ese que llegó a tu vida por casualidad y que no parecía sentarte mal del todo; los zapatos fueron pura elección del azar y del ramo… mejor ni hablamos. Porque en la vida real, las cosas no son del todo como en «instagram»; y eso… pues está bien.
Querido chico burdeos, tú fuiste más de conservar la genialidad, de disfrutar cada segundo y de descorchar botellas porque siempre había algo que celebrar. De conservar esa paz interior y de intentar no sacar las cosas de quicio; de recordarnos que no debíamos perder el concepto, la esencia de las cosas, lo verdaderamente importante… porque al final lo que cuenta, es ser capaces de desnudarlo todo. GRACIAS!

Vino del Norte

LA BODA DE AIDA Y GUIDO
Fotografía Victor La Fuente
Dicen que no existe la boda perfecta (pues es mentira ;)), es cierto que hay miles de cosas que no pensamos de antemano, que se nos vuelven del revés, pero quizás sean esos pequeños detalles los que hacen que ese día se llene de anécdotas especiales, sólo nuestras.
Sólo alguien como tú, pequeña rubia traviesa… se metería en su propio coche, con su trupe de amigas dentro… rumbo a su boda. Recuerdo con una imagen nítida en la retina, ese recogido de novia y tocado incluido, al volante. Confieso que se me pasó por la cabeza… ¿y si cambiamos de dirección? ¿y si continuamos por esta carretera hacia el infinito..? Perdernos por nuestras playas de dunas, borrarnos del mapa y tostarnos al sol, como solíamos hacer en aquellos veranos, en los que el mundo, simplemente era nuestro. Fue sólo un impulso (lo prometo), el chico del Norte te esperaba, y tu mundo se ampliaba inmensamente, no sabes cuanta felicidad salía de aquel pequeño coche aventurero… que bonito fue aquel momento, ojalá lo tuviese grabado en vídeo.