«La MAGIA es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos.» Paulo Coelho

Dicen que la última gran glaciación está por llegar, se predicen periodos descendentes de actividad solar, así que a pesar del calentamiento, la nieve llegará algún día… Ciclos solares en definitiva, nada nuevo, miles de años… un pequeño salto galáctico y vuelta a la edad de hielo. Siempre he entendido la vida como un pequeño cosmos personalizado (a lo mejor suena pretencioso) pero todos tenemos nuestro propio universo, nuestros propios inviernos profundos y nuestros veranos, primaveras otoñales o otoños de flores… así somos. Seres en movimiento que buscan adaptarse de algún modo, porque al movernos necesitamos esa fase de conexión… lejana de lo meramente físico. Periodos de adaptación severos, que en ocasiones no se producen… y aunque raro, retornamos antes de haber estado.

Algunos inviernos son largos y excesivamente fríos, ciclos de soledad intensa, lluvia y oleaje. Tiempo de recuento, de elecciones y selecciones, porque no vale llevárselo todo, ahora lo sé. Simplemente no te cabe en la mochila y por eso es necesario, fundamental y me atrevería a decir que vital entrar en periodos glaciales de vez en cuando.

En una época en la que el «hacer recuento» está sobrevalorado y echar el ancla se considera de cobardes… yo os invito a bajar del barco, y a sonreír a aquellos que os miran con los ojos abiertos como platos. Me voy de glaciación, sí! y me gusta, será tremendamente duro, hará frío y los largos periodos con uno mismo… no siempre serán tan prometedores, a veces descubriréis cosas que no esperábais, temores extraños y fortalezas desconocidas, pero pese a todo, os puedo asegurar que saldréis reforzados.

Necesito hibernar para volver a inspirarme, para vaciar mis bolsillos y dejarlos vacíos ante lo nuevo, necesito el frío para valorar el sol, la lluvia para entender el dolor de las sequías y necesito los finales para dar sentido a los principios.

ORDENANDO MIS ESPACIOS

Me ha costado muchos malos ratos comprender que el orden no siempre tiene por qué ser sinónimo de simetría, un principio difícil de comprender para los cósmicos, porque ahí arriba todo gira en órbitas matemáticas perfectamente establecidas, todo es redondo y se mueve por teorías físicas. Pues no! viene un meteorito y a freír espárragos! Ni redondo, ni elíptico, ni órbitas, ni movimientos exactos… una roca helada, incandescente, rara… que irrumpe de repente. Pues así es el orden, extraño, particular y subjetivo. Algunos tenemos que convertirnos en osos polares para encontrarlo y otros en cambio viven felices en un universo sin entropía.

Pero es que si eres polar, si eres saturniana… eres y punto. Y tienes que procesar, acostumbrarte a tus viajes y marearte, que le vamos a hacer. Ordenar tus espacios a tu ritmo, sacando los jerseys con el frío y organizando los bañadores en cajas etiquetadas… porque así eres tú.

Lo más gracioso es que sobrevivirías a un desorden interestelar sin precedentes (pero no lo sabes) y te darías cuenta de que todo tu orden relativo no sirve más que para darte una seguridad que hay que buscar en otra parte. Pero aunque te lo dijesen al oído, a ti te seguirían gustando las cajas con etiquetas, los planetas redondos y las leyes de la física. Y sí, seguirías necesitando glaciaciones para entenderte, para asumir que vendrán meteoros de Dios sabe donde, y desbaratarán todo tu mundo (no siempre para bien) y te empujarán a replanteártelo todo desde el punto cero (porque así es la vida).

BB