Papel y Cartulina

Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la felicidad está en las cosas pequeñas. Resulta increíble lo que se puede hacer con papel y catulina. Tarjetas, postales, sobres, cuadernos… Tan sólo necesitamos saber escoger bien las texturas, los estampados y tener algunas ideas. Personalmente, me encanta comprar pliegos de papel antiguo, periódicos y recortables en tiendecitas perdidas por el mundo. Los pongo todos juntos enrollados en un cubo de latón, además de darle un toquecito artístico a la habitación, me permiten inventar e imaginar diferentes combinaciones.

Cumplimos dos años

Que alegría que el blog haya continuado estos dos años. Al principio era difícil organizar un blog con tantas ideas, pero poco a poco me he esforzado en darle forma y sentir mucho más cada una de las entradas que escribo.

Ya estamos en 2014, es un número bonito, el 14 me da buenas vibraciones… probablemente porque nací un 14 de mayo presiento que este será un buen año, un año de orden, un tiempo para recoger los frutos que hemos sembrado y visualizar mucha más luz en el camino. 

Feliz 2014

 2013 ha sido un año de lucha para la mayoría, 2014 será mejor porque ya estamos preparados para la carrera. Un besazo enorme y mil gracias por estos dos años de blog.

Ambientes tostados

Me encantan los tonos tostados, creo que aportan esa calidez que te hace sentir en casa. Es muy importante crear ambientes que conecten con nosotros. Beiges, flores, estampados vintage, libros y blanco. Os dejo algunas ideas.

Vuelta a casa

La vida son momentos, momentos que pasan, que están entre nuestras manos o que esperan. La navidad está llena de momentos dulces, de ilusión y de reencuentros. Aterricé hace ya una semana, pero aún puedo escuchar el alboroto de Oxford Street si me lo propongo, supongo que una parte de mí aún continúa volando entre dos mundos, entre dos países. Cuantas veces habré refunfuñado por el clima de Londres y su falta de luz. La nostalgia es un sentimiento muy extraño, dulcifica los recuerdos hasta el punto de conmovernos.

Bye bye London

Hoy he recordado por qué escribo, por qué tengo este blog y por qué a veces siento la necesidad de esconderme en las cafeterías con un viejo cuaderno y un lápiz a garabatear. Es cosa del alma, de las emociones atrapadas que necesitan liberarse, salir con las palabras. Pero a veces son demasiado fuertes, y entonces tenemos que llorar… que reír o partirnos en dos.
«Rompí a llorar.  Me encanta esa expresión. No se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír, y merece la pena hacerse añicos por esos sentimientos.» Albert Espinosa