La Ciudad Burbuja

Ese lugar donde Birichinata, Mady, Clementine, Marieta y Lora (la pequeña exploradora) fueron felices para siempre.
Vivíamos en una ciudad burbuja, donde las estaciones oscilaban a nuestro antojo, una ciudad de casas con chimenea a pie de playa. La ciudad donde Clementine leía libros al sol, mientras Mady preparaba café en cafetera de latón. Una ciudad donde no existían los principios ni los finales… una ciudad sin tiempo. Pureza estelar, o algo así, ritmos circadianos y conexión; una unión más grande que la fraternal, una amor saturniano a años luz de todo lo conocido.
Porque las decepciones no ocurren en el espacio y mucho menos en aquella ciudad burbuja. Y así es como deberíamos sentirnos toda la vida, en un vuelo arriesgado sobre lugares llenos de sueños.

Carta al Circulo Burbuja, Capítulo I
Querida Mady, 
Hoy he volado a la ciudad burbuja, ya se que me dijiste que no lo hiciera, que era demasiado pronto, aún así ya sabes como soy de persistente. El caso es que os echaba tanto de menos, que me costaba respirar en la tierra.
Me he sentado allí un rato, y he olido tu café recién hecho, cosas de la burbuja… aún seguía aquel aroma impregnándolo todo desde la última vez. Todo intacto, como lo dejamos.
Aún no es el momento, pero me impaciento, y quiero llevarme la burbuja a la tierra… y no se puede. Estoy estudiando la forma de teletransportarla, sería genial, pero supongo que perdería su magia, su secreto, y todo lo que significa.
Gracias burbuja, por recordarme cosas que sólo tu sabes recordarme, por ser tan infinita, tan amarilla. Gracias Mady y Clementine por cuidarme más allá de lo real y a Lora… por explorar tanto en nuestros universos paralelos, gracias Marieta por ese amor.
No se trata de buscar burbujas, el secreto está en crearlas día a día como prueba de todo lo bueno que hemos sido capaces de construir.
Gracias por leerme, hasta la próxima y a seguir caminando, BB.
No hay Comentarios
Dejar un Comentario: