Cometas
«Tengo tanto que contar, que las palabras vuelan y os buscan en cualquier cometa.» Ainoa Buitargo
Las cotidianas, esas cosas que pasan sin darnos cuenta mientras la mente se enrolla en catarsis ilógicas que llevan al abismo. Entre dos pasillos, luz tenue, son las cinco de la mañana y el mundo parece pequeño, muy pequeño desde este ángulo. Pienso en el cometa Halley, en todos esos cometas que siguen sus órbitas elípticas. Cuerpos celestes, hielo, polvo y rocas. Congelados, viajan a las proximidades del sol donde se calientan, aprenden y su cola se hace extensa, majestuosa e invencible. Aunque continuarán, siempre, con esa nube de polvo y gas que esconde su núcleo, volviéndolo inapreciable para los que jamás lo han descubierto. Y todo este sentido místico, esa nostalgia romántica y fugaz de cada cometa, es lo que convierte a la vida en una canción en directo, emocionante y temporal.
Os veo ahí, mis cometas, dormidos en vuestros refugios y siento que habéis estado conmigo siempre, incluso antes de existir, girando en esta órbita nuestra. Y sé que un día estas noches de insomnio quedarán muy muy atrás e irremediablemente os alejaréis, volaréis extendiendo vuestra ráfaga de color e iluminaréis el mundo, dejando destellos de color en ese cielo oscuro como sólo vosotros sabéis hacer. Y yo os observaré desde la distancia, atenta a cada destello, porque sois luz y no sabe el universo lo enorme que se hace con vosotros dentro.
A mis cometas, para que nunca dejen de dibujar cohetes para volar muy lejos.
Mama
bea
los dos cometas mas bonitos
mj
Lo q escribes me llega al alma.