La Chica del Café Solo

-Un café solo, doble y con mucho hielo…
Mmm… (voz en off) no sé si habrá escuchado lo del hielo.
– Con mucho, mucho hielo…
Y es que la chica del café solo era más de hielo que de café, tan sólo eso explicaría su supervivencia ante aquellas elevadas dosis de cafeína en vena. Le encantaba jugar con el hielo, girarlo en el vaso escuchando atenta tus conversaciones, con los ojos abiertos como platos. Esos detalles exclusivos que describen a las personas y las hacen irrepetibles.
A la chica del café solo, la amas, y sino la amas es que eres tonto… de remate.
Sino fuese porque soy más de café con leche y en taza caliente, al más puro estilo italiano, diría que la chica del café solo y yo podríamos ser la misma persona, es increíble la de espejos que podemos encontrarnos sobre la tierra. Y como la libertad de la red me permite contar lo que me de la gana, no he encontrado nada mejor esta noche de domingo que acordarme de unas lineas que escribí hace semanas frente a una playa que rugía. Hoy hablamos de ti, porque eres birichinática, y porque sé que leerás estas líneas desde aquel país de nubarrones… y porque te quiero (y punto).
Sólo alguien como tú, que elige tener una amiga como yo, comprendería este sentimiento que tengo ahora, aquí perdida en un barecito frente a la playa, en uno de esos descansos de un día frenético.
Echo de menos nuestros cafés con tartas, más descafeinados que de costumbre. No sé que estarás haciendo ahora, te imagino encima de algún edificio, sobre las nubes, conquistando días de chaparrón. Que bonita eres!
Os contaré algo de la chica del café solo… No se si os la encontraréis alguna vez por casualidad, pero a partir de ahora abrir bien los ojos (por si acaso). Podría estar en cualquier parte. Casi siempre en las cafeterías más recónditas del planeta.
ATENTOS! Porque si la veis y pasa desapercibida… si os la perdéis, habréis desperdiciado esa oportunidad única de ser mejores, de tener algo mejor. Hablará durante horas, arreglará el mundo de mil maneras, pero ninguna le valdrá… no desesperéis 😉 Pedirá café sin descanso y sólo (sin excepciones) si te quiere de corazón, compartirá contigo un muffin de chocolate (siéntete afortunado). Guárdala bien, cuídala con todo el alma; porque ella es de las que se queda para siempre, a pesar de las tormentas, la lluvia, la nieve y los huracanes. Ella es de esos seres incansables que te eligen y se quedan, agarrándote para que no te descuelgues y mirándote con una sonrisa cuando vuelas.
Desde un rinconcito del mundo, gracias por leerme y a seguir caminando.BB
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