Crónicas Birichináticas desde la LUNA

mujer frente al espejo

Esta eres tú, quien lo iba a decir… frase genial de una compleja película de Isabel Coixet, que marcó un antes y un después en mi forma de mirar el mundo y percibir las pequeñas cosas de la vida. Porque es cierto que encontrarnos a nosotros mismos es una asignatura pendiente en este viaje, en ocasiones lioso, difícil y en forma de laberinto. Pero si algo he aprendido en estos últimos diez años, es que pase lo que pase, aunque creas que no podrás superar esa muralla, al final todo se mueve hacia delante, evoluciona y se matiza, y nada es tan fatídicamente grave, ni tan aburridamente sencillo, porque las cosas son como son, y con eso debería bastar.

Aprendes a filtrar, a dejar a un lado a las personas que no te suman nada, a las que te exprimen y te absorben la energía, porque tras horas de terapias personales y de viajes espaciales… aprendes a decir NO (qué fácil era y cuanto nos ha costado). Porque no eres heroína, ni superstar… y necesitas dormir ocho horas como todo ser humano, con la conciencia limpia, con tus principios inalterados, con tus muebles en su sitio y tu nave espacial aparcada en la puerta, con las luces apagadas y abrazada a la almohada.