Septiembre siempre me ha parecido un mes nostálgico, un tiempo para reflexionar sobre lo vivido y hacer recuento. Dejar atrás los días de sol, en los que el tiempo parecía detenerse y darnos una pequeña tregua. Un espacio que regresa cada año, como un ciclo interminable… esta época que parece recorrer el calendario a otro paso. En estos tiempos difíciles…dónde para muchos septiembre dejó de ser el mes del olor a cuadernos nuevos y lápices de colores, para convertirse en espera, para todos esos… nunca olvidéis aquellos días, en los que simplemente un libro nuevo nos hacía felices.
Ató sus zapatillas y subió a la tarima. Su respiración era profunda, sintió el calor de los focos en su espalda y sintió como poco a poco cada nota penetraba en su interior. Entonces, se hizo a los sonidos.
Para esos días de reflexión, cuando buscamos desconectar… y no encontramos más que ruido. Puedes trasladarte a un lugar único, donde el olor a humedad, hierba y barro invadirán cada uno de tus poros. Relajate, y buen viaje…