Ambientes tostados

Me encantan los tonos tostados, creo que aportan esa calidez que te hace sentir en casa. Es muy importante crear ambientes que conecten con nosotros. Beiges, flores, estampados vintage, libros y blanco. Os dejo algunas ideas.

Vuelta a casa

La vida son momentos, momentos que pasan, que están entre nuestras manos o que esperan. La navidad está llena de momentos dulces, de ilusión y de reencuentros. Aterricé hace ya una semana, pero aún puedo escuchar el alboroto de Oxford Street si me lo propongo, supongo que una parte de mí aún continúa volando entre dos mundos, entre dos países. Cuantas veces habré refunfuñado por el clima de Londres y su falta de luz. La nostalgia es un sentimiento muy extraño, dulcifica los recuerdos hasta el punto de conmovernos.

Bye bye London

Hoy he recordado por qué escribo, por qué tengo este blog y por qué a veces siento la necesidad de esconderme en las cafeterías con un viejo cuaderno y un lápiz a garabatear. Es cosa del alma, de las emociones atrapadas que necesitan liberarse, salir con las palabras. Pero a veces son demasiado fuertes, y entonces tenemos que llorar… que reír o partirnos en dos.
«Rompí a llorar.  Me encanta esa expresión. No se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír, y merece la pena hacerse añicos por esos sentimientos.» Albert Espinosa

Diciembre

31 días de sueños

Nunca dejamos de dar vueltas, de movernos hacia alguna parte. Así es la vida, hacer maletas y deshacerlas, tener miedo y caminar. Perderse y encontrarse, o no encontrarse y a pesar de todo seguir buscando.

Creo que la vida de las personas puede medirse de muchas maneras, algunas personas se miden a sí mismas por sus logros, por el dinero, por lo que poseen, por ese golpe de suerte. Mientras que otros lo hacen por el trabajo, el sacrificio, por lo que han conseguido y cosechado. Estos suelen ser los más inteligentes.

 

Yo siempre he pensado que una forma muy buena de medir tu vida es mirar a tu alrededor y darte cuenta de quiénes se miden contigo. Cuando la gente que se mide contigo es extraordinaria, probablemente es que vayas por el buen camino. Me emociona ver a la gente inquieta, trabajando duro por construir ese barco con el que sueñan.  Diciembre es el mes de los soñadores.

Birichinata con amor

No puedo estarme quieta y como prueba de ello os dejo algunas fotografías de mis últimas creaciones. Me he animado con los colgantes. Están hechos con mucho cariño. Piezas encontradas en rincones geniales de Londres llenos de magia y encanto. Cada uno de ellos tiene una historia especial. Espero que os gusten 😉
Me apetecía dar un toque a madera, a taller… a recién hecho. Por eso las tarjetas de cartón viejo. Lo más importante, el corazón amarillo… que nos recuerda que lo pequeño y diferente sabe mejor, sobre todo cuando está hecho con amor.

Aquellas pequeñas cosas

Volando en Bicicleta

Cuando era pequeña pocas cosas me hacían más feliz que subir con mi bicicleta la colina de mi urbanización, era duro aquello, pedalear hacia arriba nunca fue fácil, toda una hazaña, en pie sobre los pedales, girándolos con toda la fuerza y la energía que tenía, como si aquello fuese lo más importante de mi vida… Porque merecía la  pena llegar a la cima, visualizar todo ese mundo bajo mis pies. Era una conquista genial, por un instante, todo! absolutamente todo me pertenecía. Subir sobre el sillín y dejarse caer, a veces sin manos, sin pies… volando durante segundos sintiendo aquel airecillo húmedo en la cara y aquella sonrisa…

El caso es que con el tiempo, sin darnos cuenta nos volvemos demasiado exigentes con eso de la felicidad. Hace mucho que no pruebo a deslizarme en bicicleta por aquella colina, ya casi he olvidado aquellas sensaciones. Hace como diez años que realizo ese trayecto en coche, una rutina práctica, sin acordarme casi nunca de la niña que fui. Prometo que cuando regrese a casa, será la primera cosa que haré. Sin pies, hacia abajo… volando!

Dibujando cohetes para volar muy lejos

Coloreaba figuras, prismas de colores superpuestos. Me encantaba seleccionar las tonalidades y componer mezclas imposibles. Como una expresión de mi libertad perdida, una toma de control absoluta del universo que nadie me podía arrebatar.
Dibujaba frente a la chimenea, con la alfombra repleta de «carioca», ese olor a cuadernos y a ceras de color… las manos manchadas y por supuesto algún que otro garabato en la cara. Porque por un instante el mundo es un folio en blanco, un espacio abierto que nos permite ser lo que queramos ser. Y es que en defenitiva el blanco puede convertirse en cualquier cosa.

El Mercado de las flores

Hoy como muchos otros domingos me he levantado temprano… y es que por más que lo intento no puedo dejar de madrugar, que lejos quedaron aquellos días en los que dormía como una marmota y me levantaba para la merienda. Aunque lo niegue mil veces, soy más de «desayunos», unas buenas tostadas con mantequilla, mermelada y un buen café con leche no tiene precio. El caso es que cuando a las nueve y media de la mañana de un domingo te sientes con una explosión de energía un tanto ruidosa, tienes que escapar de casa. Y nada mejor que un paseo por el mercado de la flores en Columbia Road, de película.

Aquellas princesas…

Un día no hace demasiado tiempo fuimos princesas… y vivimos en un palacete, solíamos sentarnos en nuestros tronos de colores y jugábamos a arreglar el mundo en eternas tardes de café, mientras un cuadro de Audrey Hepburn presidía nuestro reino.

Aquellos días en la universidad, parece que fue ayer. Todas metidas en el ascensor, apretujadas y esos chistes absurdos que sólo entendíamos nosotras. Una charla rápida en el bar de abajo y a pasear los apuntes por las bibliotecas. Éramos de las del «hoy no salgo»… y ni siquiera volvíamos a casa a cambiarnos de pantalones 😉 Un autobús de la nada. Madrid, por ejemplo. El equipaje, vuestra compañía.

Luces&Sombras

«La música es la artimética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz.» Claude Debussy