Mi primera carta de amor
«Juraría que cada palabra que cantas… la escribiste para mí.» James Arthur
Me pregunto que estarás haciendo ahora, flotando en la calma, preparándote para ese viaje del que aún nada conoces. A mi me entra un gusanillo en la barriga cada vez que hablo de ti… no sé si algún día podrás comprender esa sensación. Amor y miedo, menuda mezcla contradictoria y al mismo tiempo inseparable. Supongo que el miedo es inevitable, pero como siempre te han dicho y repetido, el miedo es sólo al empezar, después todo se afloja, todo fluye… probablemente porque ya estaba establecido que así fluyera en alguna estrella, y la vida transcurre, de la mejor manera que sabe.
Y en lo más profundo, sabes que ya nunca volverás a ser la misma… que después de este viaje interestelar una parte de ti se disolverá para siempre en la bruma marinera. Tus fotografías de la infancia, en casi todas al fondo el trampolín azul intenso, esos ojos rojizos de tanto cloro y aquel bañador de cuerpo entero… días en los que el tiempo transcurría en otra dimensión, instantáneas del pasado que se repiten constantemente en algún universo paralelo, que guarda en sus entrañas a aquellas personas maravillosas… que a la tierra nunca volverán. Estoy segura de ello, de lo contrario menuda pérdida de energía, menuda pérdida de intensidad cósmica. Porque en esos recuerdos se resume todo lo que eres… lo que resulta simplemente perfecto.
Creo que todo lo bonito de la vida, todo el amor de cada fotografía del pasado, todo lo que aprendemos, todo lo que escalamos… termina guardándose en una cápsula.
Coquito, si te contase algo sobre la tierra, te diría que es un caos absoluto y desordenado, del que todos se quejan pero del que nadie quiere desprenderse. Un mundo loco con pequeñeces mágicas que la mayoría ignoran, un lugar infinitamente hermoso donde al final, pase lo que pase cada día sale el sol. Y aunque a veces llueva, es espléndido si sabemos ponernos la ropa adecuada. Te contaría que la vida es infinitamente maravillosa y que viajar con los ojos cerrados es la libertad que nadie jamás podrá quitarte.
Hay días en los que te enamoras, te vuelves loco de amor para siempre, y decides regalar esa cápsula estelar que llevas conservando toda tu vida. Y con la mayor sinceridad que has aprendido a lo largo de tus treinta y dos años, decides entregarte a ese amor y regalarle, sin preguntas, todo lo que eres.
Hoy os dejo este pedacito de una carta para alguien muy especial.
Un besazo a todos, gracias por leerme y a seguir caminando. BB
#Cartasdesdelacasitamarinera
George
Cada día te superas mas, me ha encantado esta entrada, incluso me ha emocionado. Gracias.
Beatriz
ohhh! gracias a ti, por comentar siempre!
Berta López
muero de amor
Berta López
que bonitoooooo
Beatriz
Gracias Berta, me alegra infinito que te haya gustado.
Lola
Me has emocionado. Menuda suerte tener una carta así!
Beatriz
Oh! Lola, muchísimas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado leer el blog. Escríbeme cuando quieras.
Leoncillo
Que bonito escribes! Gracias.
Beatriz
Gracias infinitas! me alegra que te guste Leoncillo 😉