Miles de ciudades en una, miles de Manhattan dentro de una misma Manhattan… Siempre quedará un rincón fantástico por explorar… Las largas caminatas por la 5th Avenida, el Empire State sobre la cabeza, ese impactante One Trace Center o un ratito en Greenwich Village… El puente de Brooklyn tiene esa cosita mágica, esa sensación de haber estado antes… puede que en otra vida, siendo una neoyorquina moderna en bicicleta (jejeje…), o a lo mejor en una película en el sofá… quién sabe.

De esos miles de Nueva York… ni siquiera me atrevería a decir que he conseguido llevarme uno de ellos. Intenté realizar una gran fotografía mental a través de postales personales, dibujar mi propia Gran Manzana y llevármela de recuerdo… respirar su inmensidad, pero es de esos lugares tan impresionantes que cuando te marchas tienes la sensación de no haber empezado.

Tendremos que seguir soñando con el Nueva York de los musicales de Brodway, de los artistas del Soho, de los actores novatos que sirven hamburguesas en la Octava; el Nueva York de Sex in the city, de los rascacielos, de las Cheesecakes… del Cine, de la Fashion Week, de los miles de museos, de las bandas sonoras… el Nueva York de Jon Lenon, de IMAGINE, de los bomberos valientes, de la gente diferente, de los sabores, de las luces… esa ciudad suprema que NUNCA, NUNCA NUNCA duerme y que vive empeñada en quitarte el sueño.