Domingos en Siberia

Había una vez una niña que caminaba por un puente blanco, me gusta pensar que era yo misma, quizás lo fuese… la soledad de las tardes de invierno de los hijos únicos dan para muchos paseos por jardines mágicos, para imaginar!
Una época de serpentina, de crear… en fin la niñez…  un lugar donde apetecía quedarse y al que sin embargo nunca he vuelto.

Me acuerdo de nuestro caminito de barro, de tus historias sobre héroes que nunca existieron… me acuerdo de tu reloj apretado en la muñeca, de tu mirada infinita, iluminada, de tu fe.
Nos separan miles de años luz, y quizá sea poca distancia para expresar nuestra lejanía, dos mundos, un abismo… Pero te quiero más fuerte si cabe, más profundo si se puede… y te recuerdo tan feroz, que me da miedo.
 
 BB
2 Comentarios
  • Anónimo
    Responder
    25/01/2015

    Precioso

  • Anónimo
    Responder
    26/01/2015

    Las palabras hacen que las imágenes puedan hablar. La estética es algo que tiene muchas perspectivas, entenderla desde este ángulo es perderse en una sintonía llena de personalidad. Gracias

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