La vida sencilla

«Ven hasta aquí, sálvame tu… ponte a reír, prende la luz… cerca de tí, tiemblo.» El funambulista

Lo digo en serio; siéntate un momento ahí, donde puedas, prepárate un tazón de buen café en la taza más apetecible que tengas en tu casa… dedícate ese momento (te lo mereces), mira por la ventana y recuerda algún instante de tu niñez, probablemente olería a buñuelos, sonaría a coro, a llantos por caídas de la bici, a abrazo con chocolate, a vida sencilla…

La vida sencilla, es fácil. Desayunos en el porche, zumo de naranja recién exprimido, ese olor a pan y a bosque… una cesta de fruta, colores almendra, nogal, una pizca de lavanda y notas de Van Morrison en mi tocadiscos. Bailotear contigo ese «Days like this», canción fascinante que debería ser la banda sonora de todas las vidas sobre la tierra.

La Ciudad del Viento

Las torres son tan altas, y tan altos los gigantes…
Hoy he soñado que regresaba a Chicago, aquel espectáculo de torres inalcanzables bajo mis pies o sobre mi cabeza… cuantos ratos a solas, cuantos momentos contigo entre inmensas calles de cine. Será porque estoy enganchada de forma descomunal a «Shameless«, esa serie gamberra rodada en los suburbios de Chicago… será porque ayer vi como diez capítulos seguidos (cosas de esta ola de frío polar), no lo sé… pero mis recuerdos se vuelven increíblemente nítidos esta mañana congelada de domingo en Siberia.
Que empiece la música…

NUEVA YORK, LA PERFECTA ENTROPÍA

«Hay algo en el aire de Nueva York, que hace que dormir sea un desperdicio.»
 Creo que hay un antes y un después en la vida una vez aterrizas en Nueva York… un punto de inflexión. Sin duda es una ciudad que te dice algo, algo que nunca antes te dijo nadie, o todo lo que te decían mientras te hacías la dormida. Un lugar que vuelve humilde a las personas, que les recuerda lo pequeñas que son ante la inmensidad del mundo, entre sus edificios imposibles. Una ciudad sin descanso que pretende escalar el cielo, un fantástico caos organizado en avenidas perfectas, sonoridad y callejuelas cuadriculadas.

Menorca, Deja Vu

Una isla, agua por todas partes, ecos, voces que susurran secretos, magia en forma de temporal, un faro a lo lejos… una historia de verano, un coche galopando por un camino de tierra, la ventanilla abierta y esa ventolera de olor a sal y a algas salvajes… golpeándonos en la cara.
Bienvenidos a nuestro Cuaderno de Bitácora particular: M-E-N-O-R-C-A

Mermelada Casera

Preparar mermeladas caseras es un detalle perfecto, dulce y hecho con amor.

Facilísimo!!! En primer lugar tenemos que comprar frambuesas frescas de calidad, limpiarlas bien y dejarlas escurrir. Una vez limpias las frambuesas, las introducimos en un recipiente adecuado y añadimos el azúcar.  Dejamos la mezcla en maceración durante un par de horas para obtener el jugo. Removiendo lentamente en un cazo dejamos que hierva el preparado hasta que adquiera la textura de mermelada.

El Mercado de las flores

Hoy como muchos otros domingos me he levantado temprano… y es que por más que lo intento no puedo dejar de madrugar, que lejos quedaron aquellos días en los que dormía como una marmota y me levantaba para la merienda. Aunque lo niegue mil veces, soy más de «desayunos», unas buenas tostadas con mantequilla, mermelada y un buen café con leche no tiene precio. El caso es que cuando a las nueve y media de la mañana de un domingo te sientes con una explosión de energía un tanto ruidosa, tienes que escapar de casa. Y nada mejor que un paseo por el mercado de la flores en Columbia Road, de película.

El Universo de los Postres

Hoy hemos pasado la tarde en L’Eto Caffe, en el corazón del Soho, hacía muchísimo frío así que el café calentito nos ha sentado de maravilla, sobre todo porque no lo han puesto con una sonrisa 😉 Un sitio muy recomendable, los postres de película. Mi elección tarta de chocolate, insuperable.

Cafés en Westfield

Ayer pasamos la tarde en Westfield, al parecer el centro comercial más grande de Europa, la verdad es que no soy muy de centros comerciales, prefiero la calle y pasar frío de tienda en tienda…  descubriendo sitios escondidos por la ciudad. Pero la verdad es que Westfield me dejó impresionada, por eso he querido compartirlo. Un besote 😉