Brindemos

LA MÁGICA INCERTIDUMBRE

A veces los sueños están tan cerca… que se acarician con la punta de los dedos, casi casi se tocan, y te sientes en un limbo de espera, entre dos mundos. 2018 viene a modo de espejismo maravilloso, un asteroide cargado de chispas de color… Menuda explosión de confeti y brillantina nos espera. Porque las cosas más maravillosas de la vida ocurren así, de pronto, mientras bailamos, sin avisar, sin agendas ni paréntesis.

Estas navidades veía un anuncio en la tele que hablaba sobre el arte de brindar… que importante y que poco desarrollado. Me encantan esas personas capaces de alzar su copa y hablar durante minutos de lo bonito que les regala la vida. Un don genial esa capacidad de encontrar las palabras adecuadas para decir exactamente lo que guarda el corazón.

Mil veces he estado a punto de lanzarme a la aventurilla de brindar, parlotear en voz alta todo lo que tengo atrapado en la cabeza, de decirnos por ejemplo esos «te quiero» que al final nunca decimos y guardamos para otro rato. Ensayo en voz bajita… me visualizo… pero al final el instante siempre se pasa. Cuantos brindis preciosos habremos desaprovechado sin salir de la cabeza, a modo de voz en off.

Es el primer 1 de enero de mi vida que me despierto a las 9:00 de la mañana, me preparo el café de siempre, en esa taza de «tu puedes con todo» (los mensajes en las tazas de desayuno son más efectivos que cualquier medicina), dos tostadones de aceite del bueno, un poco de bofetada de mar y a escribiros un rato. Las cosas cambian… no hay duda, menudos recuerdos de resacón, de bailes con matasuegras… recuerdos que tengo en la retina y que me sacan media sonrisilla esta primera mañana del año. Voy a ponerme mis zapatillas de deporte y a caminar, «Come away» de Son of the East en el iPod, no encuentro mejor forma de empezar el año.

«Brindo por ti 2017, por ser un año de limbo, de paso entre dos puentes, un año de crecimiento, de emociones y de dudas… Porque tú y yo sabemos que no todo ha sido maravilloso, ni lleno de flores, que no siempre nuestros papeles reciclados podían adornarlo todo y que ha habido momentos no tan fotografiables. Sabemos que no siempre te he regalado mi mejor versión, puede que no lo haya intentado lo suficiente, puede que me haya equivocado a veces. No siempre todo es perfecto, pero quizás eso haga que lo bonito se disfrute el doble, y se perciba formidable.

Brindo por tus regalos, por ese regalo que sólo tu podrías haberme hecho, ese astronauta que aún viaja conmigo, y que ha preferido esperar, y ocupar dos años de calendario para darse paso a la vida. Porque más que la «dulce espera», yo a este viaje le llamaría la «mágica incertidumbre».

Asteroide 2018, te espero con una fuerza que ni lo sabes…  y es que tan sólo tu silueta lejana ya revoluciona todos mis parámetros.

Brindemos por «la mágica incertidumbre» que nos regala la vida cada mañana al abrir los ojos.

Feliz año princesas y sapos. Gracias por leerme y a seguir caminado.

Mil besos. BB

1 Comentario
  • Leoncillo
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    02/01/2018

    Que bonito y emocionante

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